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domingo, 24 de junio de 2018

¿Por qué sigue avanzando el cambio climático?

Mediados de Noviembre. Sol a raudales. Las gentes, sin abrigos. Tengo rosas en mi jardín, en Madrid.
Estos días se ratifica (o se ha ratificado) en muchos países (no en España) el Acuerdo de París contra el cambio climático, por el que la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el mismo ha recibido este año el premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional.
Estos días se celebra la Conferencia de las Partes (COP) en Marrakech en la que los asistentes se están congratulando de la maravilla que es el Acuerdo de París, que ha ratificado hasta el presidente de los EEUU, Sr. Obama.
El Sr. Obama ha ratificado este acuerdo mediante una Acción Ejecutiva, sin aprobación del Congreso de los EEUU. El nuevo Congreso republicano, con el Sr. Trump como presidente de los EEUU, ya ha anunciado que convertirá en papel mojado esa ratificación.
El aumento de la temperatura media global del planeta es claro, evidente y cada vez más rápido, y sus efectos los notamos cada vez más.
Y no se frena.
Es claro, hasta para el más acérrimo seguidor de Trump, que esto es así. Pero, como los locos que corren, como el Correcaminos y el Coyote hacia el precipicio, siguen hacia el desastre contentos de vivir en un ambiente cada vez más contaminado.
Las noticias esperanzadoras quedan muy lejanas.  Los coches eléctricos avanzan.... a paso de tortuga. El tren túnel de Musk se ''va a probar'' en Nevada cuando tendría que estar montándose ya en los seis radios españoles, por ejemplo.
Las viviendas nuevas se hacen con la misma tecnología generadora de CO2 que hace 50 años. Las ciudades, Madrid como ejemplo, Alcalá de Henares, y otras y otras y otras ... siguen siendo una generación continua y acelerada de esos gases.
Y esto en Europa, que había aprobado la estrategia 20/20/20 hace años y ha ''pasado'' de ella olímpicamente. 
En los EEUU solo en California y en Nueva Inglaterra se toman medidas serias contra las emisiones de gases contaminantes. En Canadá, la patria de los bosques (muchos de ellos comidos por los escarabajos) se insiste una y otra vez en abrir camino para la salida al mar de las arenas asfálticas de Alberta: negocio sucio donde los haya.
En India se insiste en la producción acelerada e intensificada de carbón. China sigue poniendo en funcionamiento cada semana una nueva central de ese contaminante. Rusia quiere llenar el Ártico deshelado de torres de perforación de petróleo.
Rusia, India y China han ratificado o lo harán pronto el Acuerdo de París.
El Cambio Climático avanza, ¿pero por qué avanza el Cambio Climático?
España era pionera en las energías renovables, y aún hoy la energía eléctrica que consumimos es la mitad de origen renovable. Pero nuestras casas siguen fatalmente aisladas, las carreteras son trampas de atascos gigantescos, los transportes se basan esencialmente en el petróleo y el gas.
Hay campañas para estimular a los ''emprendedores''. La gran mayoría de estos lo que quiere es poner un bar, un restaurante.
España encontró un continente donde no conocían ni la cultura cristiana, ni la islámica, ni los indios ni los chinos: América. Pero en vez de trabajarlo duro, buscando un rendimiento a largo plazo, se buscaba con desesperación a ''El Dorado'', tesoros que se podían conseguir en un día, o plata que extraían los esclavos para los amos.
Hoy el Potosí de España ni siquiera se debe a nosotros mismos: está creciendo nuestro PIB y la gente, con un 20, o un 30% de paro real, no se muere en la calle porque hay guerra y terrorismo en la orilla sur del Mediterráneo. Por una desgracia de otros, nosotros hacemos dinero con un esfuerzo mínimo. Nuestro Potosí actual se llama turismo. Es plata para hoy y miseria para mañana.
El Cambio Climático avanza porque ningún gobierno (hoy ya ni siquiera el de la inglesa Sra. May) quiere realmente frenarlo. Se firman acuerdos con el mayor bombo y platillo, con la idea de no cumplirlos.
Frenar el Cambio Climático implica cambiar el modelo económico, de una generación concentrada de riqueza (de energía: la energía es la única riqueza real) a una generación distribuida de riqueza (de energía). Frenar el cambio climático implica que cada hogar tenga cubiertas sus necesidades energéticas y cargue sus coches eléctricos con la electricidad generada en su propio tejado, que aumente radicalmente la riqueza de cada persona del planeta, en vez de la riqueza del 0.1%.
Y esto no se quiere permitir. Esta idea es el pecado máximo para las elites financieras y económicas. Se harán guerras para impedirlo.
Si de verdad nos pusiéramos a frenar el Cambio Climático, no sólo trabajaríamos en nuestro propio bien, sino que generaríamos riqueza para hoy y para mañana.
Para frenar el Cambio Climático se necesita tanto trabajo sin cualificar como altamente cualificado: debemos llenar España de árboles y bosques. Necesitamos veinte mil millones de nuevos árboles: trabajo para criadores, viveros, trasplantadores, mantenedores, cuidadores, guardas, técnicos e ingenieros forestales. El argumento de dar trabajo solo a gente sin formación desaparece.
Como he explicado aquí ya alguna vez, un gramo más de vapor de agua por metro cúbico de aire supone la diferencia entre lluvia y sequía, entre riqueza y miseria. Y ese gramo lo proporcionan los árboles con su evapotranspiración.
Se necesita reformar unos diez millones de hogares, aislando sus paredes, sus techos y sus ventanas, cambiando sus calefacciones y sistemas de frío: trabajo para al menos un millón de personas, desde albañiles y pintores sin cualificar a ingenieros de construcción y arquitectos.
Se necesita substituir el transporte por carretera por los túneles automáticos de Musk, movidos por aire comprimido o por electricidad renovable. Se necesita eliminar de las ciudades la combustión en todas su formas: vehículos eléctricos  privados o comunales, y calentamiento y enfriamiento (muy reducidos por el acondicionamiento del párrafo anterior) también eléctricos con electricidad renovable.
Realizar esta cambio supone trabajo para peones sin cualificar, para graduados escolares, para técnicos e ingenieros. Al menos otro millón de personas directamente.
Y como sabe cualquier estudiante de primero de económicas, si hay tres millones de empleos nuevos vibrantes, se generan entre diez y veinte millones de empleos subsidiarios movidos por los salarios de los anteriores, y se puede empezar a resolver el problema de las jubilaciones y las pensiones.
La burbuja inmobiliaria era eso, burbuja: no producía nada.
Frenar el cambio climático es producir bienes tangibles: Energía, generada y ahorrada, lluvia, agua, transporte e intercambio, comercio de bienes, no de entelequias.
Y se puede hacer, porque ya lo estábamos haciendo, y sabemos, sobre todo los españoles, cómo hacerlo.
Sólo hace falta, no ya querer, que también, sino al menos, no impedir, no destruir, no poner trabas.
Un ejemplo muy concreto: en España no se pueden instalar, por ley, centrales termosolares de más de 30 Mw. En Estados Unidos empresas españolas han instalado y mantienen en funcionamiento centrales eléctricas termosolares de 300 Mw.  
Un cambio de un 0 en la legislación.
Es, sencillamente, querer.

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